sábado, 17 de enero de 2009

«Mehter takimi»: La música marcial otomana




Cada 18 de marzo se celebra en Turquía el "Şehitler Günü", el Día de los Caídos por la Patria, que se conmemora precisamente ese dia por coincidir con el inicio de la sangrienta campaña bélica durante la Primera Guerra Mundial en el Estrecho de los Dardanelos, así como de una importantísima victoria naval de la marina y las fuerzas de defensa otomanas ante los Aliados en aguas de dicho estrecho—Çanakkale Deniz Zaferi—. Entre las numerosas celebraciones, siempre tiene lugar en estos actos conmemorativos la actuación de la esplendida Banda Militar Otomana o «Mehter takımı», con instrumentos y trajes de época .


El Imperio otomano fue el primer estado de Europa en contar con una organización de música militar permanente: la Mehterhane-i Hakani o Mehterhane-i Hümayun — banda militar—, desde 1289. El cuerpo de soldados de élite conocidos como jenízaros que formaron la guardia personal de los sultanes otomanos desde el siglo XIV hasta 1826 se destacaron en mil combates y batallas en mar y tierra por su valentía y obstinación. Los distintos regimientos de jenízaros se identificaban según sus tareas y especialidades. Mehter era una de esas unidades cuyo trabajo principal era erigir la tienda del sultán durante las expediciones y de disponer de una orquesta que simbolizaba el poder del soberano.

La Mehterhané incluía tambores, chirimías (zurnás), clarinetes, triángulos, platillos (zil), crótalos (campana de bola), timbales de guerra (kös y naqqara) —que se colocaban sobre los lomos de los camellos—, sombrero chino (chogun) y bombo (davul). Con el tiempo, cada cuerpo del ejército otomano disponía de por lo menos una mehterhané. Los otomanos fueron también los primeros en utilizar la banda militar en medio de las batallas con un doble fin: estimular el espíritu de combate y al mismo tiempo amedrentar al enemigo con sus vibrantes cadencias. Según documentos históricos, sabemos que a fines del siglo XV había más de dos mil trescientos cuarenta «Mehters» solamente en Estambul.

Como cualquier otra actividad de la corte, la mehterhané tenía su propio ceremonial antes de comenzar a tocar. Ante una señal rítmica llamada «Sofián», los jenízaros músicos formaban un semicírculo y aguardaban la llegada de su líder, el Mehterbashí Agá. Cuando éste hacía su entrada, uno de los mehter gritaba: «Este es el momento del regocijo, ¡oh líder de los mehter! ¡Dios te bendiga!» Entonces el mehterbashí respondía: «Dios otorgue sus bendiciones a todos ustedes, mehters… ¡Manténganse puros!» Y seguidamente, él anunciaba la cadencia, motivo o secuencia tonal (maqam, pl. maqamat) que interpretarían. Ante el llamado de «Ya Allah» (¡Oh Dios!), la ejecución podía comenzar. Al finalizar esta ceremonia musical el líder de la mehterhané pronunciaba una súplica denominada en turco «Gulbank» tomada de la Bektashí, la cofradía mística islámica fundada en el siglo XIII por el santo Haci Bektaş, y a la cual todo jenízaro se enorgullecía de pertenecer.

La «Gulbank» variaba su contenido según la época, de guerra o paz. Para los desfiles los mehter transportaban sus timbales sobre caballos, camellos o elefantes. Cuando no ejecutaban piezas instrumentales, solían formalizar procesiones corales con breves fórmulas musulmanas: «¡Dios Misericordiosísimo!» (Rahim Allah), «¡Dios Generosísimo!» (Karim Allah). Esta marcha con el ritmo de estos refranes se convertía en una suerte de danza ritual puntualizada por un suave vaivén de izquierda a derecha. El historiador y viajero Evliya Çelebi nos brinda la descripción de una mehterhané en 1638: «…quinientos trompeteros produjeron un sonido tal que el planeta Venus comenzó a danzar y los cielos reverberaron… Todos estos músicos con tambores, timbales y címbalos desfilaron en formación cerrada tocando sus diversos instrumentos rítmicamente al unísono de tal forma que parecía como si el ejército de Shamapur (el tradicional enemigo de Alejandro el Grande en las leyendas persas) pasara marchando». En el siguiente enlace  les dejo una selección de lo mejor de la música de la Mehter Takimi.

Los instrumentos eran fabricados y mantenidos por entre 150 y 200 maestros artesanos, en su mayoría griegos y armenios establecidos cerca del Palacio Topkapi. El estilo musical de la Mehterhané estaba basado en las «melodías de Afrasiab» (de la tradición emanada del Shah Nameh de Firdusí), en otras palabras, en la música militar persa. Este estilo se imitó profusamente en Europa desde comienzos del siglo XVIII. Su influencia en la música militar europea duró hasta bien entrado el siglo XIX. Napoleón Bonaparte organizó sus bandas militares al modo otomano dotándolas de instrumentos típicos como los címbalos y los timbales y lanzándolas alfrente de guerra en el momento preciso. Se dice que la batalla de Austerlitz (victoria de Napoléon sobre los ejércitos combinados de Austria y Rusia, el 2 de diciembre de 1805) fue ganada en parte por el élan (esfuerzo, arrojo, vitalidad) de las fanfarrias francesas. Esta música jenízara u otomana, denominada también música turca o alla turca, tuvo una influencia importante en compositores como Gluck (”El peregrino de La Meca”, Ifigenia en Táuride”), Mozart (Marcha de los Jenízaros de “El rapto en el serrallo”, “Rondó alla turca de la Sonata para piano en La mayor K. 331″), Haydn (”Zaïre”, “Marcha turca”, “Sinfonía Militar”) y Beethoven (Marcha turca de “Las Ruinas de Atenas” y el finale de la Novena Sinfonía).

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